Tras meses de espera llegaba el gran día, madrugón, nervios, esperas y ... la marcha nupcial empieza a sonar.
Si cada vez que he tenido la ocasión he dedicado unas palabras este día no iba a ser menos, comparto con vosotros lo que escribí desde el corazón, y lo acompaño de una foto que parece echada para este momento.
José y Susana, estamos hoy aquí para
celebrar este viaje que emprendéis, igual que habéis sido los protagonistas de
esta ceremonia, os deseamos que cada día seáis los principales actores de esto
que llaman la vida. Hoy somos muchos los testigos de vuestra fe y amor, y desde
aquí deseamos que siempre sea así. Como hermana mayor te doy la bienvenida
Susana y esperamos que junto a toda la familia y amigos sigamos escribiendo cada
página de este libro.
En todo libro de la vida, siempre
debería haber una sección especial de agradecimientos. En el podréis escribir
cada día aquellas cosas por las que la vida merece la pena. Y si os parece, hoy
os doy la primera entradilla: gracias Señor por habernos ayudado a elegir la
persona con la que compartir nuestras vidas.
Poco más puedo añadir, ya que las
historias de amor son siempre felices y bonitas. Este es nuestro deseo para
vuestra unión. Aunque como sabemos que también habrá nubarrones, en este punto permitirme
que os pueda aconsejar: afinar bien la vista porque tras la tormenta, siempre sale el sol y antes de él, el arcoíris, que con toda su gama cromática nos recuerda que hay tantos puntos de vista como colores y que las cosas cambian según las miremos.
Felicidades