lunes, 22 de enero de 2018

La boda del año

A lo mejor esta entrada tenía que haberla escrito mucho antes, aunque ya sabéis que estas cosas llegan en el momento que corresponden, ni antes ni después.
Tras meses de espera llegaba el gran día, madrugón, nervios, esperas y ... la marcha nupcial empieza a sonar.
Si cada vez que he tenido la ocasión he dedicado unas palabras este día no iba a ser menos, comparto con vosotros lo que escribí desde el corazón, y lo acompaño de una foto que parece echada para este momento.

José y Susana, estamos hoy aquí para celebrar este viaje que emprendéis, igual que habéis sido los protagonistas de esta ceremonia, os deseamos que cada día seáis los principales actores de esto que llaman la vida. Hoy somos muchos los testigos de vuestra fe y amor, y desde aquí deseamos que siempre sea así. Como hermana mayor te doy la bienvenida Susana y esperamos que junto a toda la familia y amigos sigamos escribiendo cada página de este libro.
En todo libro de la vida, siempre debería haber una sección especial de agradecimientos. En el podréis escribir cada día aquellas cosas por las que la vida merece la pena. Y si os parece, hoy os doy la primera entradilla: gracias Señor por habernos ayudado a elegir la persona con la que compartir nuestras vidas.
Poco más puedo añadir, ya que las historias de amor  son siempre  felices y bonitas. Este es nuestro deseo para vuestra unión. Aunque como sabemos que también habrá nubarrones, en este punto permitirme que os pueda aconsejar: afinar bien la vista porque tras la tormenta, siempre sale el sol y antes de él, el arcoíris, que con toda su gama cromática nos recuerda que hay tantos puntos de vista como colores y que las cosas cambian según las miremos.
Felicidades

jueves, 18 de enero de 2018

Lo que es tuyo es para tí

Y entonces un día sucede, todo aquello que visualizas y proyectas se muestra ante ti, listo para ser tomado y disfrutado. En ese momento entras en un estado de emoción, mezclado con nerviosismo, en el que no sabes si gritar, si levantarte y besar al que tienes enfrente.... En mi caso sentí como flotaba mi cabeza, el cuerpo se me erizaba y cuando fui capaz de recomponerme, alcancé a decir un gracias.
Seguro que lo he hecho otras veces, aunque está fue diferente, lo hice de forma consciente, entendí la señal que me llegaba desde el corazón y me susurraba firme, hazlo, en tu mano está.
Tras hacerlo, sentí la emoción de dar, percibí el agradecimiento en los ojos de aquel que me había pedido y pude devolverle una mirada llena de satisfacción, lo merecía, era lo que correspondía, el punto al que teníamos que llegar tras tiempo de pedir.
En ese momento, comencé a notar como mi mochila bajaba de peso, empezaba a equilibrarse mi mundo. Una puerta se empezaba a abrir invitándome a entrar a esa habitación, y eso he hecho cruzar el umbral....
Lo que venga después ya os lo iré contando o lo iréis viendo.
Besitos y bienvenido 2018.