domingo, 22 de diciembre de 2019

Escogiendo el bastón de mando

La tortuga representa un animal sabio,
 que acumula cientos de experiencias 
bajo su caparazón y que avanza lenta aunque segura,
sorteando las barreras que encuentra a su paso.
Esto no es un modelo nuevo, tampoco pretendo romper el mercado, sólo darle un giro al blog que me acompaña desde 2017. Porque tras estos 800 días, más o menos, han sucedido infinidad de acontecimientos, conversaciones, roces, caricias, besos, abrazos, sueños, viajes, todo ellos con un denominador común, han sido compartidos. Entremedias, como el que despierta de un largo letargo, también ha habido ratitos conmigo misma, en silencio y con conciencia.
Así que para 2020, me propongo un nuevo reto, nada más desafiante como proponerte algo a ti misma, porque sino lo cumplo, una vocecita sobre mi hombro me lo recordará.
Imagino un horizonte, colorido y sin meta, que invita a ser recorrido, convirtiendo cada paso que doy en una historia a crear, en la que poder profundizar y que no se quedé en pinceladas sueltas. 
Voy a imaginar cada entrada del blog como una pieza de patchwork, para ello me voy a ayudar de mi gran memoria, ejercitada durante este tiempo, que hace asociaciones de formar rápida. 
Hasta ahora iba eligiendo los temas en función de mis experiencias y en este nuevo año intentaré cada domingo contar que me ha pasado esa semana y que me ha hecho dar un giro a cómo entendía una situación, o como se ha desmontando una creencia.
Porque de eso trata este nuevo hito que he marcado en mi vida, deconstruir las limitaciones que de forma consciente o inconsciente me he impuesto. Esta es la forma en que he decidido convertirme en creadora de mis experiencias no en modo espectadora. Tras largos años de estudio es el momento de empezar a practicar lo aprendido.

Ayudándome de herramientas

Como buena directora de orquesta, voy a empezar por hacerme con una varita, que en forma de batuta orquestará los movimientos. ¿Qué puede ser? Se trata de algo que apoye mis movimientos con decisión, dándole forma a todo ese conocimiento adquirido y almacenado. Es como dar acceso a la gran biblioteca de mi vida, en la que los tomos almacenados están deseando ser desempolvados y están esperando a que con el plumero limpies una a una las estanterías.
Voy empezando a visualizar una característica común, un instrumento alargado que tanto magos, como directores de orquesta, limpiadores, alpinistas, recolectores de olivas y manzanas... también escritores con los lápices, usan para apoyarse en su caminar. En definitiva un bastón de mando que a modo de muleta te acompaña en el avance. Mary Poppins usaba su paraguas y las mejores brujitas su escoba.
Lanzo esta pregunta al aire... a la espera de que me llegue la respuesta, intuyo que esta bien puede ser: usa en cada momento aquello que necesitas para la misión que emprendes.
Por cierto si lees esta entrada hasta el final ¿Cuál es tu recurso/bastón que usas para avanzar?