lunes, 31 de julio de 2017

Romance y leyenda entre un pirata y una sirena


Ella vivía una vida normal, aunque residía en una ciudad portuaria su día a día no giraba en torno al mar. Una noche, durante una celebración familiar, llamaron a su puerta, él un hombre mayor y extranjero, que se hacía llamar el “holandés errante”, venía a buscarla.
Con miedo en el cuerpo y animada por su hermana aceptó su propuesta. Le costaba reconocerlo, pero en el fondo de su corazón algo se despertó que le hizo sentir que no era un extraño.

Sólo les llevo unos minutos acercarse a la playa, dónde le dijo emprenderían un largo viaje. Antes de partir, lo miró y le pidió que la esperará unos minutos, debía hablar unas cosas con el padre de sus hijas, al fin y al cabo habían compartido muchos años juntos.

El viejo pirata se inquietó al verla alejarse, una mujer joven que estaba junto a él lo tranquilizó, “Volverá”- le dijo, es necesario que cierre su vida aquí.
Junto a la orilla del tranquilo mar de medianoche la conversación entre los esposos tocaba fin. En ese momento el marido le preguntó “¿lo sabe?”-, ella se giró hacía él con su amplia sonrisa, “Sí, claro”. Mientras respondía su cuerpo se iba llenando de escamas de cintura para abajo y un suave balanceo la mantenía a flote.

¡Suerte!-, le susurró él mientras volvía.
De fondo y a lo lejos, sonaba una música que invitaba a bailar. Todo hacía presagiar el reencuentro de estas dos almas, que pertenecían al mar. Ése que durante siglos tanto les había dado y al que ahora debían retornar en busca del origen.

Aunque son personajes de leyenda, a los que se les atribuyen maldiciones y encantamientos, a mí me fascinan. Como amante del mar y de sus secretos más preciados intento apartar los prejuicios que sobre piratas y sirenas nos ha contado la historia, veo en ellos a seres que unidos en perfecta conjunción surcan los mares defendiendo aquello que está en la superficie y en las profundidades del mar.

viernes, 28 de julio de 2017

Cuando creer es crear



Yo tuve un sueño/I have a dream, es el título del poderoso discurso de Martin Luther King pronunciado el 28 de agosto de 1963. En el expresaba su deseo de que los hombres con independencia de su raza y color pudieran convivir de forma armoniosa y pacífica.

En agosto de 2016, mi hija Paloma escribió esto, en una tablilla, al final de su campamento en Pirineos, en ella expresaba su deseo de ir a Canarias al año siguiente. La elección de este destino no era fortuita, en el festival de la canción scout, que cada año se celebra en San Jorge, su grupo fue ganador y el premio consistía en viajar a Canarias a representar a la Región de Murcia en un certamen nacional.

Comparar ambos sueños puede parecer una frivolidad, aunque visto así no lo es porque el fondo es muy parecido. Todas las personas tenemos sueños que, a veces, por creencias negativas instaladas en nuestra mente desde no se sabe, somos incapaces de verbalizar, estamos seguros que si lo contamos no se cumplirá o alguien vendrá y lo gafará. Y todo ello es producto del miedo que nos acomoda en nuestro espacio, ese por si con el que vamos tejiendo nuestras redes de protección y en las que muchas veces nos quedamos enganchados sin poder avanzar.

Con esto no quiero decir que no actuemos con seguridad, y lo expreso con otro ejemplo si vas en moto, por favor utiliza todas las protecciones, y una vez hecho si te gusta sentir el aire en tu cuerpo, sal a la carretera. En la vida igual, piensa en tus deseos verbalízalos, escríbelos y una vez visualizados, ponte en marcha en busca de todos los recursos que te llevarán a conseguirlos.

¿Cómo será ese recorrido? Pues nos somos adivinos, claro que si nos hace falta dinero para comprar algo, pues a lo mejor es buena idea poner una hucha destinada al ahorro, con esto lo que quiero decir es que no basta con pensarlo, hay que fabricarlo.

Creer es sinónimo de imaginar, es dar por cierta una cosa y si lo creemos firmemente es posible que el resultado final sea nuestra creación.

Ella lo pronunció convencida y porque creer es crear su sueño se está haciendo realidad y hoy volverán mis dos hijas scout de Canarias, junto con otras 150 personas que creyeron y crearon.

¡ Feliz regreso chicos!

jueves, 27 de julio de 2017

El sendero

Tras la tempestad viene la calma, dicho popular aplicado a periodos de actividad frenética, en las que si no paramos, tranquilos, vendrán, alguien o algo, y nos sacarán la tarjeta roja a modo de alto.

En estos momentos que estoy en el banquillo, evidentemente no por decisión propia, me digo a mi misma ¿es necesario ver el rojo para detenernos? ¿no sería más fácil seguir las señales y hacer un alto en el camino sin caer extenuados?

Que todos venimos a esta vida con un plan previo trazado es algo que cada vez tengo más claro, el como lo ejecutemos es algo personal y depende en gran medida de nuestra libertad y decisiones propias.

Por eso me emociono cuando, ahora, en plena crisis de valores y con un sistema social en transición, que oscila desde la visión más tradicional a las nuevas miradas, me pregunto si no deberíamos aprovechar todo lo aprendido para vivir de forma plena y con sentido, entendiendo éste último desde una perspectiva metafísica y corporal.

Me explico, además de llenar nuestra cabeza de discursos y lecturas, buscando un porqué,  llenar nuestro cuerpo de olores, notas o sabores. Se trataría de un intento por alcanzar el equilibrio: cultivo mi mente a la vez que mi cuerpo disfruta.

Y esto me vino cuando tras romper una ola frente a la orilla, fotografié mis pies, y descubrí que tras el alboroto una estela a modo de camino se insinuaba ante mí. Y tal y como la imagen muestra y casi por inercia uno de mis pies se adelantó al otro a modo de paso.

miércoles, 26 de julio de 2017

¿Rayo de sol o nube?











You are my sunshine, my only sunshine
you make me happy when skies are grey
you will never know dear how much I love you
please do not take my sunshine away

(Jimmie Davis 1939)


La imagen captada en esta foto me ha trasladado irremediablemente a 1986, fecha en la que conocí esta canción. Mi teacher Carlos (Charlie) la ponía en clase, la repetición de las palabras y su cadencia la convertían en un recurso fácil para unos adolescentes en ebullición.

De ella sólo recuerdo el estribillo. Hace poco la escuché en una película, la cuál no recuerdo su título, aunque sí a su protagonista: un Clint Eastwood mayorcito y muy interesante.

La canción, convertida en un símbolo en Alabama, fue incluida en 2013, por el Congreso de Estados Unidos, dentro del repertorio de Grabaciones Nacionales.  Habla de amores no correspondidos que dejan a la persona con sus sueños rotos.

Claro que todo depende del cristal con que se mire, y aunque es una segunda persona que suele indicar "otro", también nos la podemos dedicar a nosotros mismos, como responsables y creadores de nuestros días soleados y grises. Es una elección personal elegimos apostar cada día por ver un rayo o instalar un nubarrón y ninguno es bueno ni malo. Un exceso de luz puede cegarnos, al igual que llevar la nube a cuestas es una carga muy pesada.

Busquemos el equilibrio, si el día lo pintamos soleado, dejémonos acariciar por las rayos, que se nos cuela la nube aprovechamos para limpiarnos y entremedias de ese clarioscuro vislumbramos el arcoíris. Éste representa la amplia gama de colores y perspectivas con las que podemos seguir el camino. Verdes, lilas, azules.... tu eliges el color con el que mirar. Y todos valen.

martes, 25 de julio de 2017

Negro versus Blanco



La oscuridad de la noche contrasta con las noches en vela. El silencio que se apodera del momento choca con los ruidos de la mente. El manto que todo lo cubre deja al descubierto nuestros miedos más íntimos. Cerramos los ojos y abrimos la puerta de los sueños. Amanece y despertamos a los sonidos, a la luz, en ese instante nuestro cerebro descansa ya no está solo.
Microrrelato sobre la noche

lunes, 24 de julio de 2017

Lecturas de verano


Entre las muchas cosas que tengo el placer de hacer en verano: madrugar para después de un café seguir durmiendo, poner una lavadora y volverme a acostar, salir a caminar y ver que tengo toda la mañana para volverme a recostar, bajar a la playa para recostada disfrutar una puesta de sol.... veréis que todo gira en torno a descansar. Bien, pues hay una actividad que me encanta y que entrelazo entre mis otros quehaceres y es la de leer libros durante la época estival.

Aventuras, amores, intrigas, autoayuda, todos los géneros me valen con tal de tener un libro entre mis manos. Atrás quedaron los tiempos de los semanales, vuelvo a disfrutar las páginas de una novela e incluso releer aquellas que tiempo atrás cayeron en mis manos y que regresan desde otra perspectiva.

Y aunque tengo e-book, sigo encontrándole cierta gracia a sostener las 500 páginas de uno de estos ejemplares sobre mis rodillas, eso sí incorporándole una luz, que además, está considerada como el regalo del año. Visto así ¿alguien puede renunciar a ello? Yo no, así que entrego una parte de mi tiempo al disfrute de estas lecturas.

Luces, gafas y a leer.....


viernes, 21 de julio de 2017

Lo que vemos


Hace unos días tomaba café en una terraza, como las vistas me gustaban tanto decidir hacer una foto.



Al abrirla me di cuenta de la cantidad de cosas y elementos que aparecían en la misma y de los que no me había percatado porque estaba con la vista puesta en el mar, las nubes y el infinito.


Recorté la imagen para dejar lo que realmente yo estaba viendo cuando tomé la instantánea. Una oleada de alegría me invadió el cuerpo había conseguido centrarme en la belleza de la imagen dejando atrás los ruidos.

En ese momento sentí lo fácil que es quedarnos atrapados en pequeños detalles sin importancia olvidando nuestro propósito. Y decidí que de forma consciente eliminaría todo lo que no me sirve y me ocupa espacio en el disco duro.

Me dije a mi misma que no perdería de vista el horizonte, mientras disfrutaba de un café.





jueves, 20 de julio de 2017

A modo de inicio



Hola, empieza mi nueva aventura. Esto es algo que tenía muchas ganas de hacer y que había ido dejando por falta de tiempo. Ay el tiempo, ese bien que todos poseemos en abundancia y que siempre nos falta.

Escribiré por el simple placer de hacerlo, porque siempre tenemos algo que contar.