jueves, 15 de febrero de 2018

Compartir para crecer


Hace unos meses ya compartía con vosotros el sueño, de una de mis hijas, hecho realidad.  Y ese post terminaba con el pensamiento Creer es Crear.
Ayer volví a vivir una jornada de esas para recordar, de esas en las que aún estando cansada, pude pararme 10`a agradecer lo que había sido el día. Alrededor de 10 años separan el paseo por las canteras Romanas de Cartagena, una mañana de septiembre de 2008, del documento que en .PDF enviamos a la Comisión Europea. Una década, con todas sus días y noches, en las que he vivido multitud de experiencias personales y trabajado en temas que nada tenían que ver con este proyecto.
Cada septiembre me volvía la idea, una y otra vez, aunque nunca veía el momento para retomarla. Ahora entiendo porque. Este proyecto no podía hacerlo sola, necesitaba que llegaran las personas adecuadas con las que compartir y formar un equipo sólido en el que cada uno con sus talentos diera forma al puzzle.
Ver terminado el proyecto ha sido laborioso, no valía con dejar la semilla sola y que creciera salvaje. Había que plantarla, regarla, darle la mejor orientación y perseverar día a día, para evitar que un mal viento o una lluvia inesperada acabara con ella. Con la fragilidad propia de un recién nacido, la fuimos cuidando y alimentando hasta presentarla en sociedad. En esta parte toca hacer un alto en el camino, para de nuevo agradecer la colaboración de todas las entidades que han confiado en nosotros y que cada día insuflaban con sus ideas aire fresco a la propuesta.
Y ayer día oficial del Amor, lo enviamos. Atrás quedan los meses de ese libro verde caído en la estantería, como dice una campaña de publicidad cambiemos el verde esperanza, de eso que esperamos que pase, por verde constancia, lo intentamos, lo intentamos hasta que lo conseguimos.
Mas allá de la evaluación objetiva, me pregunto: ¿Habrá sido la química? ¿Un Buen sustrato? ó ¿la Magia de la ilusión? Ahora estoy casi segura que ha sido la combinación de todos estos factores juntos. Y  lo estoy porque sumar siempre es una apuesta ganadora.
Gracias compis.