miércoles, 26 de julio de 2017

¿Rayo de sol o nube?











You are my sunshine, my only sunshine
you make me happy when skies are grey
you will never know dear how much I love you
please do not take my sunshine away

(Jimmie Davis 1939)


La imagen captada en esta foto me ha trasladado irremediablemente a 1986, fecha en la que conocí esta canción. Mi teacher Carlos (Charlie) la ponía en clase, la repetición de las palabras y su cadencia la convertían en un recurso fácil para unos adolescentes en ebullición.

De ella sólo recuerdo el estribillo. Hace poco la escuché en una película, la cuál no recuerdo su título, aunque sí a su protagonista: un Clint Eastwood mayorcito y muy interesante.

La canción, convertida en un símbolo en Alabama, fue incluida en 2013, por el Congreso de Estados Unidos, dentro del repertorio de Grabaciones Nacionales.  Habla de amores no correspondidos que dejan a la persona con sus sueños rotos.

Claro que todo depende del cristal con que se mire, y aunque es una segunda persona que suele indicar "otro", también nos la podemos dedicar a nosotros mismos, como responsables y creadores de nuestros días soleados y grises. Es una elección personal elegimos apostar cada día por ver un rayo o instalar un nubarrón y ninguno es bueno ni malo. Un exceso de luz puede cegarnos, al igual que llevar la nube a cuestas es una carga muy pesada.

Busquemos el equilibrio, si el día lo pintamos soleado, dejémonos acariciar por las rayos, que se nos cuela la nube aprovechamos para limpiarnos y entremedias de ese clarioscuro vislumbramos el arcoíris. Éste representa la amplia gama de colores y perspectivas con las que podemos seguir el camino. Verdes, lilas, azules.... tu eliges el color con el que mirar. Y todos valen.

2 comentarios:

  1. Esto de coger la vida y acomodartela a tu gusto requiere grandes esfuerzos, pero el resultado merece la pena.

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